EDUCA A UN NIÑO FASE 4
No los llevas a la escuela, los llevas al futuro
Más de 65 millones de personas han tenido que huir de sus hogares para salvar sus vidas, se trata de una cifra récord de desplazamiento humano que ha aumentado drásticamente en pocos años, principalmente motivado por la crisis en Siria, la emergencia Rohingya y los conflictos en Sudán del Sur, República Centroafricana, Burundi y Centroamérica. En menos de 10 años, el número de personas desplazadas y afectadas bajo el amparo del ACNUR ha aumentado en un 75%. Esto supone que cada minuto, 24 personas tienen que huir de la violencia o persecución, dejando todo atrás.
Más de la mitad de los refugiados son niños, los que más sufren, ya que para un niño no es fácil comprender por qué la guerra les ha hecho perder a sus familias, su casa y sus amigos. Además, muchos niños se quedan sin escolarizar al verse obligados a huir y, una vez que llegan a los campos de refugiados, sólo quieren recuperar sus vidas, soñar con un mañana mejor.
Aquellos que huyen siendo bebés y niños o han nacido en los campos de refugiados crecen lejos de sus hogares, y en entornos que distan mucho de las esperanzas y sueños que sus padres tenían para su futuro. Se les ha privado de la oportunidad de disfrutar de una infancia de juegos y despreocupaciones y de beneficiarse de una educación completa. También quedaron atrás las propiedades, granjas y negocios que habrían heredado, y las comunidades que los habrían apoyado. En su lugar, pasan años moviéndose: sus vidas, a menudo, quedan marcadas al presenciar episodios de violencia extrema y destrucción. ACNUR y sus socios trabajan arduamente para reparar la mayor cantidad posible de vidas, ayudando e impulsando el rumbo de los niños a través de la educación, garantizando que puedan optar a un futuro mejor.
ACNUR es consciente de que la educación es básica para que un niño refugiado recupere su infancia y pueda reconstruir su vida y su futuro. Por ello, una de las prioridades de la Agencia para fin del 2018 es asegurar que 1,2 millón de niños y niñas refugiados puedan acceder a educación primaria de calidad.
Así, ACNUR colabora desde 2012 con el Programa Educa a un Niño para subsanar las deficiencias en los servicios educativos de 12 países de acogida de los refugiados donde los niños tienen más dificultades para ir a la escuela: Siria, Yemen, Malasia, Irán, Pakistán, Sudán, Sudán del Sur, Etiopía, Ruanda, Uganda, Kenia y Chad, incrementando su capacidad, equipamiento, calidad, formación del profesorado y eliminando las barreras que impiden a los niños y niñas refugiados asistir a clase.
Las barreras que impiden el acceso de los niños a la escuela son numerosas, desde conflictos, pobreza, instalaciones educativas no adecuadas, profesorado no cualificado, problemas de salud y nutrición de los niños y diferencias de las creencias culturales. Conseguir que los niños refugiados vayan a las escuelas requiere analizar las circunstancias específicas en las que viven en sus países de acogida. En algunos casos, es sólo cuestión de dotar de ayuda económica para pagar los gastos de la matrícula o de los uniformes; para otros puede significar construir nuevas aulas en las que poder dar las clases, o formar adecuadamente al profesorado y convencer a los padres para que dejen que los niños asistan a clase, así como proporcionar apoyo especial a los niños con discapacidades. Como parte de esta propuesta, ACNUR estará presente para proporcionar la ayuda necesaria y hacer que estos niños puedan ir a la escuela.
Sin embargo, no podemos hacerlo solos….
Necesitamos la ayuda de colaboradores como vosotros para hacer que la educación sea una realidad para más de 1 millón de niños y niñas refugiados en 12 países que abarcan África, Asia y Oriente Medio.
Objetivo de la causa
El objetivo de este proyecto es asegurar que 1.250 niños y niñas refugiados puedan acceder a educación primaria de calidad. Los niños que completan su educación primaria tienen menos probabilidades de abandonar la escuela en el futuro, de ser víctimas de trata, violencia o explotación. Además, se ha demostrado que la educación disminuye la probabilidad de que los niños contraigan enfermedades e infecciones comunes e incluso el VIH. Asistir a la escuela supone una protección general imprescindible y un efecto de salvaguarda en los niños vulnerables. Una educación de calidad tiene efectos positivos también en la familia, más allá de generar un conocimiento individual en los niños. Si los niños en edad escolar de primaria están en la escuela todo el día o parte de él, los padres pueden trabajar o cultivar más alimentos para la familia. Igualmente, potencia la educación de los hermanos mayores que, de otra forma, estarían fuera de la escuela para cuidar de los pequeños o para aportar dinero a la familia mediante el trabajo infantil.
Viabilidad de la causa
ACNUR cuenta con 8 áreas de trabajo planificadas para asegurar la asistencia de los primeros grupos de niños y niñas que se matricularon en la escuela desde que se inició nuestro programa en 2012, así como para que 403.499 niños y niñas que actualmente no se encuentran escolarizados lo estén de aquí a 2018.
€
25.000,00€

0
Presupuesto de la causa | |
25,00€ | |
8.000,00€ | |
1.000,00€ | |
7.000,00€ |
Personas beneficiadas | |
1.250 | |
6.250 |
No los llevas a la escuela, los llevas al futuro
€
25.000,00€

0
Presupuesto de la causa | |
25,00€ | |
8.000,00€ | |
1.000,00€ | |
7.000,00€ |
Personas beneficiadas | |
1.250 | |
6.250 |
Más de 65 millones de personas han tenido que huir de sus hogares para salvar sus vidas, se trata de una cifra récord de desplazamiento humano que ha aumentado drásticamente en pocos años, principalmente motivado por la crisis en Siria, la emergencia Rohingya y los conflictos en Sudán del Sur, República Centroafricana, Burundi y Centroamérica. En menos de 10 años, el número de personas desplazadas y afectadas bajo el amparo del ACNUR ha aumentado en un 75%. Esto supone que cada minuto, 24 personas tienen que huir de la violencia o persecución, dejando todo atrás.
Más de la mitad de los refugiados son niños, los que más sufren, ya que para un niño no es fácil comprender por qué la guerra les ha hecho perder a sus familias, su casa y sus amigos. Además, muchos niños se quedan sin escolarizar al verse obligados a huir y, una vez que llegan a los campos de refugiados, sólo quieren recuperar sus vidas, soñar con un mañana mejor.
Aquellos que huyen siendo bebés y niños o han nacido en los campos de refugiados crecen lejos de sus hogares, y en entornos que distan mucho de las esperanzas y sueños que sus padres tenían para su futuro. Se les ha privado de la oportunidad de disfrutar de una infancia de juegos y despreocupaciones y de beneficiarse de una educación completa. También quedaron atrás las propiedades, granjas y negocios que habrían heredado, y las comunidades que los habrían apoyado. En su lugar, pasan años moviéndose: sus vidas, a menudo, quedan marcadas al presenciar episodios de violencia extrema y destrucción. ACNUR y sus socios trabajan arduamente para reparar la mayor cantidad posible de vidas, ayudando e impulsando el rumbo de los niños a través de la educación, garantizando que puedan optar a un futuro mejor.
ACNUR es consciente de que la educación es básica para que un niño refugiado recupere su infancia y pueda reconstruir su vida y su futuro. Por ello, una de las prioridades de la Agencia para fin del 2018 es asegurar que 1,2 millón de niños y niñas refugiados puedan acceder a educación primaria de calidad.
Así, ACNUR colabora desde 2012 con el Programa Educa a un Niño para subsanar las deficiencias en los servicios educativos de 12 países de acogida de los refugiados donde los niños tienen más dificultades para ir a la escuela: Siria, Yemen, Malasia, Irán, Pakistán, Sudán, Sudán del Sur, Etiopía, Ruanda, Uganda, Kenia y Chad, incrementando su capacidad, equipamiento, calidad, formación del profesorado y eliminando las barreras que impiden a los niños y niñas refugiados asistir a clase.
Las barreras que impiden el acceso de los niños a la escuela son numerosas, desde conflictos, pobreza, instalaciones educativas no adecuadas, profesorado no cualificado, problemas de salud y nutrición de los niños y diferencias de las creencias culturales. Conseguir que los niños refugiados vayan a las escuelas requiere analizar las circunstancias específicas en las que viven en sus países de acogida. En algunos casos, es sólo cuestión de dotar de ayuda económica para pagar los gastos de la matrícula o de los uniformes; para otros puede significar construir nuevas aulas en las que poder dar las clases, o formar adecuadamente al profesorado y convencer a los padres para que dejen que los niños asistan a clase, así como proporcionar apoyo especial a los niños con discapacidades. Como parte de esta propuesta, ACNUR estará presente para proporcionar la ayuda necesaria y hacer que estos niños puedan ir a la escuela.
Sin embargo, no podemos hacerlo solos….
Necesitamos la ayuda de colaboradores como vosotros para hacer que la educación sea una realidad para más de 1 millón de niños y niñas refugiados en 12 países que abarcan África, Asia y Oriente Medio.
Objetivo de la causa
El objetivo de este proyecto es asegurar que 1.250 niños y niñas refugiados puedan acceder a educación primaria de calidad. Los niños que completan su educación primaria tienen menos probabilidades de abandonar la escuela en el futuro, de ser víctimas de trata, violencia o explotación. Además, se ha demostrado que la educación disminuye la probabilidad de que los niños contraigan enfermedades e infecciones comunes e incluso el VIH. Asistir a la escuela supone una protección general imprescindible y un efecto de salvaguarda en los niños vulnerables. Una educación de calidad tiene efectos positivos también en la familia, más allá de generar un conocimiento individual en los niños. Si los niños en edad escolar de primaria están en la escuela todo el día o parte de él, los padres pueden trabajar o cultivar más alimentos para la familia. Igualmente, potencia la educación de los hermanos mayores que, de otra forma, estarían fuera de la escuela para cuidar de los pequeños o para aportar dinero a la familia mediante el trabajo infantil.
Viabilidad de la causa
ACNUR cuenta con 8 áreas de trabajo planificadas para asegurar la asistencia de los primeros grupos de niños y niñas que se matricularon en la escuela desde que se inició nuestro programa en 2012, así como para que 403.499 niños y niñas que actualmente no se encuentran escolarizados lo estén de aquí a 2018.
Deja un comentario