Fundación Javier Oriol Miranda

SOBRE LA ONG
Misión
La misión fundamental de la Fundación Javier Oriol Miranda es continuar y potenciar todos los proyectos e iniciativas en el campo de la acción social y de cooperación al desarrollo, que Javier había dejado en marcha, y los que podría haber iniciado y desarrollado en el futuro a juicio de los fundadores.
Para ello, queremos dedicar a la Fundación, como mínimo, los mismos recursos, esfuerzos y medios que hubiéramos empleado en Javier haciendo lo que él consideraba realmente importante, hacer felices a los demás, haciendo de sus proyectos una parte de nuestra familia. De esta manera, Javier seguirá estando con nosotros.
Descripción
A raíz de la muerte de nuestro hijo Javier, el 22 de Febrero de 2001, sus hermanos, Felipe, Beatriz, Carolina y Jaime, y sus padres, Felipe y Luisa, decidimos constituir la Fundación Javier Oriol Miranda.
Así, la Fundación Javier Oriol Miranda se constituye el 4 de abril de 2001 y fue calificada como entidad benéfico-asistencial con número 28/1966 por orden del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales el 20 de julio de 2001.
Queremos que la actividad de la Fundación hacia el futuro tenga en cuenta lo que dejó dicho el propio Javier en una carta dirigida a los voluntarios de la Casa Santa Teresa que dirigen las Hermanas Guanelianas, escrita y publicada a su vuelta de Malawi en el otoño de 1999:
«Seguramente habréis pensado alguna vez de donde sacarán las fuerzas las Hermanas Guanelianas para llevar adelante la Casa de Santa Teresa. Es sin duda un trabajo enorme, que necesita de toda su dedicación, es un trabajo, al que dedican toda su vida. Trabajar con las chicas discapacitadas es un placer, se aprende; como nos dijo Sor Luisa el otro día, en una reflexión de los miércoles, las chicas nos ayudan: ¿cuántas veces habéis venido bajos de ánimo, y habéis salido renovados después de hora y media de risas e inocencia de las chicas? Debe ser de ahí de donde las hermanas sacan las fuerzas, de las chicas, pues en ellas ven a Dios y de ellas sacan las fuerzas cuando éstas salen adelante. En efecto, tanta fuerza interior y esas sonrisas que rebosan ánimo lo sacan de ellas y de horas en la capilla. Esa es a la conclusión a la que he llegado.
Pues bien, esta fue una de mis primeras reflexiones al llegar a la misión de St. Mary´s Rehabilitation Centre en Malawi. Una labor igual de grande y bondadosa que la que en esta Casa se realiza, y que he tenido el privilegio de poder ver: cada día se curan a enfermos, se internan mal nutridos, se da hogar y familia, con todo lo que esta palabra conlleva, a cientos de huérfanos, se da de comer y trabajo a otros tantos. Cada día, cientos y cientos de personas amanecen al día siguiente gracias al trabajo de otras mujeres estupendas, cinco hermanas de la orden María Mediadora. Y ¿cómo lo hacen? Entregan su vida por ellos. A los huérfanos les quieren como una madre a sus hijos. Teresa me decía que para combatir la miseria, el hambre, corrupción, enfermedades, muertes…necesitaban un rato en la capilla cada día. De ahí sacan esa fuerza. Tienen una fuerza interior y una sonrisa que rebosa ánimo, igualita a las hermanas de aquí; esa fue una de mis primeras reflexiones en Malawi: que grande eran las hermanas, sin las cuales toda la ayuda que los voluntarios dais y los donantes allá mandan no tendrían resultados.
La miseria y el hambre del que tanto oímos en los medios de comunicación, son en efecto miseria y hambre, pero de verdad…, sé que en el tiempo que estuve allí fui consciente de lo que vi y siempre lo tendré en el recuerdo, y es que la gente de verdad que se muere de hambre. Antes de comer, cuando a los niños les entraba hambre, y preguntaban por la comida, calmaba saber que en efecto tenían comida. Pero fuera de la misión quizás no tuviesen esa suerte. ¿Cuántos niños habrán pedido de comer hasta quedar enfermos y encontrar al final de la agonía la muerte?
Concienciarnos de la realidad y apoyar a todos los religiosos misioneros que llevan a tanta miseria algo importantísimo: cariño y amor de madre».